Sheyvan se encontraba en el llano del bosque en el cual solía entrenar a diario. Allí, junto a su Sensei se encontraban parados en el centro del llano
- Anbu: Sheyvan.. es hora de que conozcas tu lugar, de donde provienes… ¿Nunca te has preguntado por tus ojos?
- Sheyvan: Mis ojos..
- Anbu: Tus pupilas casi imperceptibles… esos reflejos instantáneos. Eres un Hyûga.
- Sheyvan: ¡¿Qué estás diciendo?!
- Anbu: Tu padre, tu verdadero padre es un miembro de la rama principal Hyûga.
- Sheyvan: ¡Mientes! Mi padre murió hace años, igual que mi madre.
- Anbu: Ese hombre no era tu padre. El hombre del que te hablo mantuvo una relación con otra mujer del clan Hyûga, la cual no era su esposa obviamente… Eres fruto de una infidelidad. Por ello tu padre, te llevó con una familia a la montaña, debido a que si se supera esto podría acarrear problemas al Clan y no lo podía permitir. Tu padre me encomendó la misión de vigilarte, de velar por tu seguridad siempre.
- Sheyvan: Entonces soy…
- Anbu: eres un Hyûga, con todo lo que eso conlleva.
Después de que Sheyvan escuchara esto, se le pasó por la mente las habilidades de los Hyûga que habia visto en entrenamientos de varios de este Clan al que acababa de saber que formaba parte de el.
- Sheyvan: ¿Puedo usar el Byakugan?
- Anbu: Esa habilidad es de nacimiento en todos los Hyûga, deberías poder usarla. Concentrate, envia chakra a tus ojos.
- Shyevan:
*Cerrar ojos*
*Concentrar chakra en mis ojos*
- ¡Byakugan! –
*Mis venas se marcan*
*Abrir los ojos*
*Mis Iris se han vuelto más notorios*
*Puedo observar tu flujo de chakra*
- Sheyvan: ¡Sensei! Puedo verte. Quiero decir… te puedo ver tú… ¿Chakra?
- Anbu: Así es joven, esa habilidad tan característica te permite ver los Tenketsus de las personas. Pero no solo eso, puedes observar grandes distancias y a traves de la materia sólida. Pero una de las más importantes es tu capacidad de poder ver 360 º a tu alrededor, excepto en una sola zona la cual no tienes visión…
- Sheyvan: ¡Sensei! ¡Enséñeme el Jûken!
- Anbu: Mhm… No veo porque no hacerlo. Escucha atentamente, coloca tu dedo índice y corazón en forma de cuchilla y canaliza chakra en tus dedos. Si lo mantienes ese flujo de chakra podrás realizar varios Jûken a la vez.
- Sheyvan:
*Concentrar chakra en dedos*
*Poner dedos índice y corazón en forma de cuchilla*
*El Sensei crea un clón idéntico a él*
*Lo miro*
*Corro hacia él*
*Juuken al pecho*
*Juuken al hombro*
*Juuken al brazo*
*Salto hacia atrás levemente*
*El clón sigue ahí*
- Sheyvan: ¡Maldita sea!
Sheyvan realizó durante toda la mañana este ejercicio. Llegando el mediodía, se sentó bajo un árbol, y comió unas bolas de arroz preparadas por su hermana. Cuando terminó de descansar volvió al trabajo.
Mientras tanto el Anbu seguía ahí observándole.
- Anbu: No concentras tu chakra adecuadamente, concentrate, tienes que mantener un flujo constante.
- Sheyvan: ¡Sí, Sensei!
- Sheyvan:
*Concentrar chakra en mis dedos de forma constante*
*Correr hacia el clon*
*Juuken al pecho*
*Me agacho girando sobre mi mismo*
*Lanzo una patada a su pierna para que se desequilibre*
*Juuken a la rodilla*
*Juuken al cuello*
*El clon se desvanece*
- Sheyvan: Uff... Por fin.
- Anbu: Bien hecho, Shey. Ahora pasemos a otro tipo de Juuken. Tendrás que concentrar el chakra en la palma de tu mano, así podrás dañar organos internos de tu enemigo no solamente cerrar su tenketsus.
- Sheyvan:
*Sensei crea otro clon*
*Mirarle fijamente*
*Ponerme en posición Hyuuga*
*Miro sus tenketsus*
*Concentrar chakra en las palmas de la mano en forma constante*
*Corro hacia el clon*
*Le salto por encima*
*Caigo de pie girando sobre mi mismo*
*Juuken en la parte posterior del cráneo*
*El clon se desvanece al instante*
- Sheyvan: Ya, Sensei. Este no tuvo complicación, me resultó más sencillo canalizar chakra en mis manos que en los dedos.
- Anbu: Me alegra oír eso. Ahora volvamos a casa.